Cuando en meses anteriores por medio de este periódico hice referencia a la necesidad que tenemos en Morón de resolver el desagote de las aguas que son producidas por los diluvios que en estos tiempos son tan intensos y desbordantes, opiné que por un lado, no era nuevo para los moronenses darnos cuenta que estos efectos de la naturaleza llamados “Inundaciones” iban a repetirse con mayor frecuencia y gran intensidad a modo de consistir en una especie de maldición anunciada e impía con el fin de angustiar el alma y no dejarnos pensar en las causas de este demencial ahogo sucesor de “la incisiva mano del hombre sobre el medioambiente”.