viernes, 9 de noviembre de 2012

Apocalipsis ¡Noo!


No hace mucho, hemos presenciado que los desastres y catástrofes que se manifiestan en nuestro ecosistema no sólo son originados por la actividad política, económica y gregaria del ser humano. Y es por eso que, en esta oportunidad, hago mención al fenómeno climatológico que a modo de ráfagas de viento y agresivas lluvias, nos vienen sorprendiendo y que resultan a consecuencia de desequilibrios en el vínculo que se da entre los seres de todas las especies de este mundo relacionados con los factores del clima y del suelo.

Nuestra geografía moronense a sido escenario en lo que va del año 2012 de dos episodios notorios y relevantes que vale la pena traer a modo de ejemplo y que nos va a servir para ilustrar esta idea en cuanto a la preparación que desde los tres niveles de Estado (el Estado Nacional, los Estados Provinciales y los Distritos Municipales) debiéramos tener para saber enfrentar estos latigazos que con mucha más frecuencia la naturaleza, madre y sabia, nos viene deparando.

No hace muchos meses, el miércoles 04 de abril, entre las 19.30 y 21.00 hs. una buena parte de ciudadanos bonaerenses y capitalinos hemos sufrido los golpes severos de una combinación de tormentas, producto del prolongado avance de vientos frescos que, físicamente hizo mudar en ascenso a otros frentes de aires húmedos y cálidos, produciendo un amplio horizonte de temporal que finalmente dio lugar a una serie de variaciones de temperatura y presión muy dispares… cuna ideal y arrumacos de tornado.

Hace algunos días, en horas de la madrugada del día lunes 29 de octubre, hemos sufrido un agresivo y amenazante diluvio que dejó como resultado a miles de evacuados por el anegamiento de grandes zonas, generando daños en viviendas, en comercios, en vehículos automotores de todo tipo y causando la caída árboles, el deterioro de fábricas, de instituciones públicas y privadas, ocasionando el desborde ríos… matando a seres humanos como Ud. o como yo.

Más allá de la intervención que el hombre realiza sobre los contrapesos naturales… desde antaño la naturaleza que compone a nuestro planeta, tiende a reacomodarse permanentemente. Y es la incidencia del brazo humano el elemento que desvía y que a veces apresura todo estos procesos, los que mezclan situaciones endógenas de la composición de nuestro mundo con su contraparte exógena signada por el orden que hace del universo “un gigantesco ente”.

Este hábito que responde a otros mecanismos de superiores realidades y cosas, es conocido por nosotros quiénes conscientes… no logramos evitar sus causas ni siquiera cuando todas las veces, éstas, nos enfrentan a distintos niveles de sufrimiento… dándonos catástrofes y desolación.
Y mi pregunta será: ¿somos lúcidos en entender que estos descalabros generalizados van a continuar pasando, así como las pisadas siempre dejan huellas y el fuego muchas veces se divisa por el humo?.

Tamaña empresa será la de adoptar mejores criterios protocolares por parte de nuestras autoridades municipales, provinciales y nacionales a la hora del desastre y la desgracia que desespera y que reduce la humanidad de cualquier hombre o mujer.

Me refiero con esta exposición, a la coordinación futura que debiera haber frente a circunstancias masivas de emergencia dentro de un protocolo de manejo estatal que vuelque sobre toda la sociedad la responsabilidad de estabilizar el suceso indeseado, movilizándonos hacia la urgencia sobreviniente con información y prudencia, constituyéndonos en grupos o en equipos que se concreten casi espontáneamente por habernos instruido de forma previa para contrarrestar los efectos de esas contingencias tan dañosas como lo es una devastación a gran escala, creadora de ruinas y desechos.

Está visto que no alcanza con el Cuerpo de Bomberos, con Defensa Civil, o con los Organismos a cargo de la Salud Pública… se necesita más, se necesita la colaboración y asistencia de todos los pobladores y para que esta idea sea procedente hay que protocolizar las acciones que se deben llevar a cabo en cuanto el momento así lo imponga.

Prepararnos desde la regencia estatal para volver las cosas a su orden frente a los futuros infortunios que nos devuelve la naturaleza por el hecho perseguir carencias válidas siendo que, avanzamos cuando abrigamos nuestros cuerpos de las inclemencias del medio, o cuando nos trasportarnos velozmente de una determinada manera o de otra, o cuando no queremos sentir frío en nuestros hogares, o cuando no toleramos que el calor estival nos sofoque… o, cuando mejoramos nuestros alimentos.

No dudo sobre los fines que nos llevan a realizar estos comportamientos y creo que son dignos, valiosos y éticos. Sin embargo, las pretensiones que nos han permitido llegar tan lejos y que han originado este masificado confort… todo el tiempo va dejando chico cualquier procedimiento anti-cataclismo que se pudiera plantear. No obstante digo, que la tarea auxiliadora, protocolarizada que hoy propongo debe ser impulsada desde el estado y siempre a la vanguardia de todo progreso humano en adelante conocido.

Publicado el Viernes, 09 Noviembre 2012 08:23 Autor Italo Selser.

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