viernes, 10 de agosto de 2012
Nuestras Inundaciones
Morón necesita cada vez más, resolver la conducción de sus aguas producto de las lluvias de nuestros tiempos: intensas, breves y saturantes. No es nuevo para nosotros, los moronenses de corazón, reconocer en este fenómeno inclemente sus efectos destructivos y entorpecedores que nos afecta enormemente en nuestro desempeño y dinámica ciudadana cada vez que el desmejoramiento del tiempo se ciñe con precipitaciones.
Ahogados ya, por el eco estéril de la crítica vecinal, nuestras autoridades municipales que llevan más de una década en el ejercicio del poder deben saber escuchar con oídos grandes la súplica del frentista paciente y reservado aunque enérgico en los momentos de esgrimir el grito de su protesta y determinante cuando debe sufragar el voto. Nosotros somos “los ciudadanos del Partido de Morón” y adquirimos ese status porque somos personas cívicas, sensibles y conscientes de nuestros deberes y de nuestros derechos, tanto en lo individual como en aquellas circunstancias en que todos nos podemos sentir afectados colectivamente.
Y este es el punto al que no debemos llegar… al punto en que nos cuestionamos nuestras obligaciones urbanas que no son otra cosa, que el requisito indispensable y fortalecedor de toda conducta civilizante y cohesionadora, para obtener mejores obligaciones y derechos que el futuro hacia adelante logre moldear en una matriz conformada por todo el grupo que integra mi comunidad moronense. Y que cada uno de sus componentes: tanto el frentista, como el contribuyente, el peatón, el conductor de vehículos automotores, el visitante y yo; podamos interactuar en todo tiempo y en todo momento como puede ser en cualquier ciudad del mundo que se animó a superar el problemas de sus inundaciones por la simple razón de hacerse cargo y por el motivo de asumir que esta contingencia de la naturaleza, acarrea como consecuencia inmediata, un álgido flagelo que con su azote daña y se hace sentir figurativamente cuando el agua de lluvia entorpece nuestros accesos principales con relación al tránsito o cuando influye negativamente en la correcta circulación de transeúntes, peatones comunes u hombres y mujeres de a pié o cuando produce el deterioro reiterado de los servicios y de los bienes de propiedad privada y del dominio público, alterando las expectativas que componen el objeto de nuestras necesidades cotidianas en un contexto de gran dinamismo local.
Lo que a este respecto propongo para Morón, según un criterio que encuentra sus bases en cuestiones geológicas, edafológicas, geomorfológicas y oro-cartográficas es realizar el hallazgo del declive geográfico más conducente para direccionar nuestros fluidos pluviales. Este concepto va a dar como punto de partida a las obras de infraestructura subterránea necesaria que, tomando todos los declives geográficos de las demás circunscripciones aledañas, se reconduzcan los desbordes de las tormentas que afligen a toda la región. No olvidemos por ahora este criterio que a modo de nuevo concepto propongo, el de localizar el declive patrón de nuestra geografía moronense, indispensable para dar inicio a las ambiciosas obras de las que Morón no debe nunca dejar de proyectar.
Para el marino de oficio, sus travesías encuentran un auspicioso sentido a través del norte magnético que le aportan en el viaje emprendido, certeza y orientación. Un avezado marino no puede prescindir de su norte magnético. Así es que para los habitantes de la Ciudad de Morón es insoslayable comenzar la tarea de localizar lo que he dado en llamar “declive geográfico natural de Morón” que nuestra comunidad necesita desesperadamente ubicar para conducir nuestras aguas de lluvia hacia otras cuencas de ríos que, por el caudal resultante, serían el plano inaugural de mejores aprovechamientos hidrológicos como lo sería una vía fluvial estabilizable por medio de esclusas, para unir las cuencas Río Reconquista-Río de la Plata, por dar un ejemplo a esta propuesta que a la par de otras sobre esta materia, compondrán un sistema del que un reproche no podrá tener mayor peso que una bien intencionada propuesta.
Publicado el Jueves, 10 Agosto 2012 11:43 Autor Italo Selser.
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